lunes, 4 de junio de 2012

1 - PROLOGO


Acá estoy bisnieto de un vasco Navarro nacido en el Caserío Mihura del pueblito de Zugarramurdi en medio de los Pirineos que se instaló en Gualeguay en 1840. 

Fue Juan Bautista Mihura  que  dejo a sus hijos (mis abuelos), mis padres, y a nosotros mis hijos y nietos los valores del trabajo y la honradez, como bases  del progreso, el conocimiento en busca del desarrollo y el crecimiento de la   familia y su gente. 

Qué otra cosa sabemos hacer los vascos navarros si no es atropellar la vida y sus circunstancias.

La emoción de escribir sobre ellos me hace lagrimear si hemos sido circunstancialmente  duros no somos menos sensibles con lo nuestro.
Fueron pobladores de lo incierto, la adversidad de lo desconocido la superaron con energía propia de su raza, si en su genética es desconocida su raza es la tenacidad.

Comenzar lo nuevo es desafío, escribir lo que fueron los nuestros, es audacia. Y la asumo por respeto, necesidad de dejar lo que nos dejaron. Si no lo hiciera no soy nada.
Muchas cosas que hicieron los Mihura están documentados las historias descriptas en periódicos o los distintos medios, no es mi intención desarrollar.

Solo quiero describir lo que me tocó vivir, lo que me marco en forma indeleble en mi vida, para bien o para mal lo dirán ustedes.   
Los recuerdos se atropellan sin tiempos son cosas que ocurren como ordenarlas ¿es necesario? no lo sé.  ¡Métele pata Tatata! dijeron los nietos.

Acá estoy de nuevo.

Juan Juan Bautista debe haber sido un tipazo de aquellos, Gualeguay 1840 te imaginas eso, mierda si era difícil, pero los vascos de Gualeguay no aflojaron vaya si no aflojaron esta toda su descendencia, los describo por si lo dudan son los  Marco, Elizalde, Laurecena, Parachu por ser primeros, después gracias a quien quieran vinieron muchos más

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